RESPIRA
Respira. Sí. Respira.
¿Te das cuenta?
Algo tan sutil, algo aparentemente sencillo, que se da sin esfuerzo, algo que pasa desapercibido y, sin embargo, es totalmente esencial para la vida. Tanto que, venimos a esta vida con nuestra primera inhalación y nos vamos con nuestra última exhalación.
La respiración profunda oxigena tu cerebro. Nos ayuda a tomar consciencia de la realidad, nos ayuda a estar presentes.
Al inhalar, tomamos aire nuevo, recibimos energía, ¡nos da vida! y al exhalar expulsamos lo que no necesitamos.
Si tomamos como referencia esto que acabamos de ver, ese fluir de la respiración que, en realidad, es el fluir de la naturaleza, el fluir de la vida... Si tomamos esto como referencia, te pregunto: ¿Qué tal si vivimos como respiramos? ¿Sería un camino simple, sencillo, sin esfuerzo?
Vivir como respiramos. Tomando lo que necesitamos, vivirlo, aprender de ello, abrazarlo y después, soltar, dejar ir.
Fluir, igual que tu respiración, fluir con la vida.
En yoga se considera que la respiración y la mente están unidas. El control de la respiración es el control mental y, al contrario de lo que podamos creer, los "avances" de alguien que practica yoga no se miran por la flexibilidad que va tomando su cuerpo o porque llegue a realizar un asana perfecto, los "avances" están en el tipo de respiración que tiene.