PÁRATE. MÍRATE. ESCÚCHATE

Hemos construido una sociedad que nos hace que vivamos de espaldas a nosotros mismos. Una vida en la que estamos mirando continuamente hacia fuera. Una vida basada en el disfrute sensorial, en el consumismo, en lo material. Creemos que en ese entretenimiento, en esa diversión o disfrute vamos a encontrar felicidad cuando la felicidad está en ti. No la busques donde no está.

Esta forma de vida llega a ser muy superficial, pudiendo ocurrir que te alejes aún más de ti o que te traiga insatisfacción, descontento o incluso ansiedad.

Tanto miramos hacia fuera que, finalmente, no somos capaces de ver lo que está a nuestro lado, menos aún lo que está en nosotros mismos.

De ahí la importancia de conectar con uno mismo; aunque sean unos minutos; aunque sea darte cuenta para salir de esa inercia por un momento.

La meditación te puede ayudar. La meditación no es escapar; es precisamente esa conexión contigo mismo. Si lo vas consiguiendo en la meditación, poco a poco lo irás consiguiendo también en tu vida.

No obstante, si no meditas, es algo que no suele hacer, simplemente tómate un momento, párate, siéntate a no hacer nada. Sólo cinco minutos, busca ese momento sólo para ti.
Párate. Mírate. Escúchate.

La vida sigue su curso, no para, juega, baila contigo, a veces te empuja, otras incluso te para pero siempre continúa.

Quien tiene que parar, quien tiene que cambiar de actitud eres tú.