ECUANIMIDAD

19.01.2024

La vida es puro cambio y, contrariamente a esto, la mente es precisamente lo que no quiere. La mente no quiere cambios. Por eso planifica, imagina lo que le gustaría... Así se siente o nos sentimos más tranquilos.

A lo largo de la vida, a veces, lo que parece que nos va a perjudicar finalmente nos puede beneficiar o viceversa. En nuestras vivencias nos vamos encontramos con las dos polaridades: al existir uno, existe el otro y la rueda gira sin parar.

La persona ecuánime, ante las distintas circunstancias de la vida, no va a reaccionar de forma desmesurada, mantiene el equilibrio, mantiene la calma.

La ecuanimidad nace de la lucidez.La ecuanimidad no es resignación, es armonía, calma, equilibrio, serenidad.

Saber recibir los acontecimientos sin reacciones de euforia o depresión. Sin reacciones extremas.

Es saber estar en tu centro. Evita añadir más sufrimiento al sufrimiento pero también, evita añadir euforia a la alegría.

En yoga, intenta realizar tu práctica desde la ecuanimidad. Al mantener un asana hazlo desde la ecuanimidad, manteniendo sin forzar, respetándote, llegando a ese equilibrio, esa serenidad, esa calma. Se trata de un esfuerzo sin forzar. No tienes que demostrarle nada a nadie, ni siquiera a ti mismo. 

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