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Tal y como venimos haciendo, aquí tenéis la reflexión que hemos compartido esta semana en SOHAM YOGA.
En realidad, son algunas cosas que ya hemos tratado anteriormente pero, por las preguntas y comentarios que me hacéis he visto bien volver a retomar algunos puntos.
Hace un par de semanas compartíamos que, la felicidad no se basa en la adquisición de "grandes cosas" más bien es la suma de "pequeñas cosas". Las grandes cosas no tienen por qué aportar mayor felicidad.
La felicidad está en ti. No busques fuera lo que está en ti. No busques fuera lo que ya está en tu interior.
No confundamos felicidad con alegría. La felicidad es aquello que nos permite vivir la vida con serenidad, armonía, aceptación.
También comentamos en otra ocasión que, la ansiedad es una de las expresiones del miedo. Ansiedad es mirada al futuro. Es una situación que no existe pero, nuestro cuerpo no diferencia entre una situación real y una imaginada. ¡La vive de igual manera!
Entonces, ¿Qué ocurre? Ocurre que, al ser imaginada, al no ser una situación real, no puede hacernos cargo de ella. De ahí esos estados de ansiedad.
Algo parecido ocurre con los estados depresivos. Estos estados suelen ser una mirada al pasado. Quizás con añoranza o, incluso, culpabilidad. Una situación que tampoco existe más que en tu pensamiento. No es más que un simple recuerdo y, si me apuras, ni siquiera eso porque, lo que nos queda de esa vivencia pasada no es más que una interpretación que hacemos de aquello que ocurrió.
Nos pre-ocupamos por algo que ni siguiera existe o que puede que, ni siquiera ocurra. De hecho, la mayoría de las veces, nos preocupamos por cosas que después ni siquiera ocurren.
Así pues, finalmente, ¿Qué es lo que nos estamos perdiendo?
Nos perdemos lo único que tenemos. Nos perdemos el momento presente. ¡Nos perdemos la propia vida!
Algo que también ha surgido en varias ocasiones en nuestros encuentros, ha sido la diferencia entre dolor y sufrimiento.
Comentábamos que el dolor es sano y hay que vivirlo. ¡Tienes que mirarlo! El dolor es presente.
El sufrimiento en cambio no. Lo creas tú. El sufrimiento es opcional.
Una compañera nos compartía algo que para ella era muy claro para ver la diferencia entre dolor y sufrimiento. Nos decía que, para ella, el dolor es como cuando te haces una herida. La curas, se crea una postilla y, finalmente sana pudiendo quedar una cicatriz pero, el sufrimiento es cuando no la dejamos sanar porque no paramos de tocarla, no paramos de arrancarnos la postilla.
Pues sí, hay situaciones en la vida que nos producen dolor pero, el dolor es puro presente. Aprendes cómo te has hecho la herida e intentas que no vuelva a ocurrir pero, con el sufrimiento no sólo no lo aprendes si no que, además, no permites que termine de sanar.